Tuesday, December 9, 2008

Que pereza.

La hipocresía que se maneja en las oficinas me da mucha pereza. La verdad no se en cuantas tuve que estar para tenerme que dar cuenta que en todas partes pasa lo mismo. Salté de un trabajo a otro, huí de chismes, problemas, falsedades y volvía a encontrarme con lo mismo una vez y otra vez, y otra vez.
Seguro pasa por juntar a tantas personas tan distintas, gente que no tiene nada que ver la una con la otra. Gente que termina trabajando en un mismo lugar por coincidencia, por que si nos ponemos a pensar, que locura la procedencia de toda la gente que día a día va a trabajar a una oficina. Y que locura haber llegado de un mundo a otro para darse cuenta que se da vueltas sin parar y que todo vuelve a lo mismo.
El otro día me aterraba al escuchar opiniones de la gente sobre la otra gente, y me daba alivio pensar que estaba tan afuera de esto y lo otro. Pero mientras mas me encariñe con una gente, más pereza me da la otra gente. Y siempre va a ser igual, por que unas personas te entienden más que otras, y los gustos con los años cambian, y vas perfeccionando su inclinación a ciertas personas que realmente no te aportan nada.
Y te interesa únicamente la gente autentica, la gente que se ve real, y no hay nada mas real que la oficina en la que trabajo hoy en día. Gente de todas partes, un mundo, como lo fue mi colegio, como lo fue la universidad y muchos otros lugares. Un mundo donde existe gente que te da pereza y gente que te interesa muchísimo. Por eso quiero estar alejada, seguir distante aunque me quede difícil, por que la gente jarta se tiene que quedar alejada de mi, por que no me gusta la hipocresía, no es una de mis virtudes, ni la manejo. Me gustan las personas autenticas, y con esas me quedo.